La infancia puede ser una de las mejores etapas de nuestra vida, pero también es uno de los factores más influyentes en nuestro comportamiento como adultos.
Durante la niñez comenzamos a conocer el mundo y a identificar el entorno que nos rodea. También aprendemos a interactuar con la gente y a comunicarnos con nuestra familia y nuestros amigos. Es por eso que las experiencias desagradables o traumáticas pueden dejar una huella imborrable en quiénes somos, y algunas heridas permanecen incluso durante la edad adulta.
Estos son los principales comportamientos como adultos que tienen su origen en la infancia: Estar a la defensiva
Las personas que han sufrido algún tipo de abuso durante su infancia, ya sea física o psicológica, tienden a tener problemas de confianza y una reacción exagerada ante cualquier situación poniéndose a la defensiva.
Este tipo de actitud no siempre se manifiesta de manera hostil, sino que a menudo simplemente se manifiesta manteniendo un comportamiento reservado.
Aislamiento
Si no recibimos suficiente atención durante la infancia o no contamos con la presencia constante de nuestras figuras parentales, tendemos a crecer carentes de afecto, tener problemas de relación e incluso experimentar disfunción sexual.
Ansiedad y miedo a los demás
Si el aislamiento no fue muy excesivo durante la niñez, en lugar de reclusión los adultos tienden a mostrar miedo a establecer relaciones con otras personas así como experimentar cierta ansiedad social.
Miedo al compromiso
Esto ocurre especialmente cuando experimentamos algún tipo de pérdida durante la infancia. Desarrollamos un mecanismo de defensa que nos hace temer el hecho de establecer otro vínculo emocional profundo que pueda cortarse de forma repentina.
Miedo al rechazo
Si durante nuestra niñez fuimos víctimas de abuso escolar o sufrimos rechazo por nuestros compañeros de clase, tendemos a evitar grandes círculos sociales por miedo a ser rechazados de nuevo. Preferimos pasar más tiempo solos y así permanecer en nuestra zona de confort.
Desprecio por los demás
Los niños que fueron maltratados o abusaron de ellos tienden a desarrollar comportamientos sociópatas. Si somos maltratados durante la infancia, cuando crecemos creemos que todos los demás son nuestros enemigos y los tratamos como tales.
Dependencia
Si durante la infancia los padres sobreprotegen a los niños, estos son incapaces de aprender a ser independientes. Esto significa que a menudo les resulta difícil lidiar con los problemas de la vida adulta.
Por esta razón, hay veces que nos sentimos frustrados y buscamos otras figuras en las que podamos confiar y que puedan acudir en nuestro rescate.
Síndrome del esclavo feliz
Si durante la niñez se nos exige demasiado o somos obligados a trabajar en exceso por nuestros padres o maestros, como adultos toleramos que nos exploten para cualquier tarea. No importa si lo que piden viola nuestros derechos, ya que pensamos que el valor de una persona se mide en las horas de duro trabajo que desempeña.
La tarea de ser buenos padres es muy complicada. Es común que desarrollemos al menos uno de estos comportamientos como adultos. Sin embargo, es nuestra responsabilidad darnos cuenta de que nos está impidiendo vivir una vida feliz y buscar ayuda.
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