Existe dos tipos de personas: las que se duchan en la mañana y las que lo hacen por la noche. Ambas posturas defienden los beneficios del baño antes de salir de casa a trabajar y antes de acostarse, pero solo un bando tiene razón.
A continuación te mostramos 10 razones por las cuales las personas que se bañan por la noche tienen la razón:
1- La primera ventaja, y casi suficiente para hacer ganador al bando de los que se duchan por la noche es que así no tienen que levantarse más temprano.
Esos 10 minutos extras que puedes estar en la cama marca la diferencia entre una mañana terrible y una mañana fantástica.
2- Seguro que hay alguno que comienza a decir mientras lloriquea, "Pero, pero... ducharse es lo que me despierta por la mañana...". Pues lávate solo la cara.
Te despertará y no tendrás que mojarte y helarte entero. ¡Mucho mejor!
3- Cierto, los que nos duchamos por las noches podemos tener un aspecto más adormecido, pero eso solo hace que parezcamos gente más relajada, supongo...
4- Podemos abandonar la cama y estar listos para ir al trabajo en un tiempo récord.
5- Lo que significa que tenemos más tiempo para desayunar.
Como todos sabemos, comer es más importante que lavarte.
6- Nuestras sábanas aguantan limpias más tiempo.
Y dormir en unas sábanas limpias es la mejor sensación del mundo, probablemente incluso mejor que estar en la cama 10 minutos más.
7- Y, por supuesto, podemos disfrutar de este sentimiento de forma mucho más regular.
8- La ducha vespertina es un momento sagrado de relajación que nos prepara para dormir.
Cuando llega el momento de meternos en la cama, no solo estamos más limpios, sino que también estamos más relajados.
9- Al ducharnos por la noche, podemos estar todo el tiempo que queramos bajo el gratificante chorrito de agua caliente.
No hay prisa, y todo lo que nos espera cuando salimos de la ducha es nuestra estupenda cama.
10- Después de salir de la ducha podremos pasar todo el tiempo que nos apetezca en toalla.
Porque como sabes, pocas sensaciones son tan gratificantes como estar arropado por la toalla hasta que hace demasiado frío para que tengas que ponerte el pijama.
