Traer una nueva vida al mundo es algo extraordinario y emotivo. Pocas cosas hay en la vida que despierten tanta ilusión y sea tan esperado.
Antes de que llegue el gran día empiezas a comprar la ropa del futuro bebé, decoras la habitación donde dormirá y te pasas los días pensando qué nombre ponerle. Todas estas acciones es lo que muchas madres afirman que las prepara para el viaje en el que están a punto de embarcarse.
Ahora imagina descubrir que estás a punto de ser madre, pero en lugar de estar rodeada de seres queridos, estás en prisión. Aunque parezca una situación inimaginable, la realidad es que más mujeres de las que crees han tenido que lidiar con ella.
Dar a luz en una prisión es algo totalmente desconocido para nosotros. Aunque las prisiones intentan acomodar a sus reclusas, existen muchos aspectos que parecen inhumanos.
A continuación te mostramos la realidad que viven las embarazada tras las rejas:
1- Es más común de lo que piensas
Se estima que entre el 6 y el 10 por ciento de las mujeres encarceladas están embarazadas. Esto significa que, solo en los Estados Unidos, aproximadamente 1.400 mujeres darán a luz mientras están encarceladas en un año. Lamentablemente para el bebé, nacer en una prisión sin duda marcará el resto de su vida.
2- Algunas no se dan cuenta de que están embarazadas cuando entran
La mayoría de las mujeres ni siquiera se dan cuenta de que están embarazadas hasta que se encuentran en un estado bastante avanzado. Todas las mujeres saben que si estás bajo mucho estrés, es común que el ciclo menstrual se vaya al garete. Ser encarcelada es un perfecto ejemplo de situación de alto estrés, por lo que entre las mujeres, las irregularidades en el periodo es algo muy común.
3- Hay una unidad específica para embarazadas
Lo que mucha gente no sabe es que hay unidades para embarazadas en muchas cárceles. Al reunir en una misma unidad a mujeres que van a dar a luz, se crea una especie de conexión entre mamás que ha resultado ser positiva.
4- Las madres solo están 24 horas con su bebé después de su nacimiento
Que una madre tenga a su bebé creciendo dentro de ella durante 9 meses sin duda crea un vínculo diferente a cualquier otra cosa en el mundo. La conexión que comparten una madre y su niño es instantánea e increíblemente especial.
Por eso es tan difícil aceptar que te lo quiten 24 horas después de su nacimiento. Muchas reclusas que han pasado por esta experiencia afirman que es la parte más dolorosa de todo el proceso. Está claro por qué.
5- Tienen que usar grilletes durante las citas con el médico
Una vez que se le informa a la reclusa que está embarazada, los médicos de la prisión le hacen pruebas y programan citas con un ginecólogo para asegurar el bienestar del bebé. Para muchas mujeres, las citas con el ginecólogo pueden ser estresantes, así que imagínate tener que pasar por eso en la cárcel y con grilletes.
Esto hace que la experiencia sea aún más aterradora para todos los involucrados, especialmente para la madre. Es posible incluso que esa cantidad extra de estrés sea perjudicial para el bebé.
6- La fecha de nacimiento es un misterio
La fecha en la que nacerá un bebé siempre es un tanto difusa, pues se trata de una estimación que puede ser incorrecta. Sin embargo, hay mucha más incertidumbre cuando el embarazo ocurre en la prisión.
A las presas y sus familias casi nunca se les informa cuándo darán a luz, incluso si se piensa hacer una cesárea. Cualquiera que sea el caso, a la madre solo se le informará el día en que ocurra.
Aparentemente, esto se hace para evitar que las mujeres busquen a alguien en el exterior que las ayude a escapar.
7- Las madres generalmente pierden al bebé a los tres años
Muy pocas prisiones cuentan con programas de guardería en prisión para permitir que las madres se queden con sus hijos después de su nacimiento. En algunos estados, como Washington, los niños pueden permanecer en prisión con sus madres hasta los tres años.
Tristemente, la mayoría de los niños con madres encarceladas terminan con un pariente o en un orfanato. Aunque es mejor para el niño ir con un familiar, muchas veces no hay ningún miembro que pueda cuidar al niño.
8- Las reclusas dan a luz en soledad
Se dice que el momento de dar a luz es una de las experiencias más aterradoras e increíbles de la vida. Por lo general, se trata de una montaña rusa de emociones que pasas en compañía de las personas que más amas. Lamentablemente, las reclusas no pueden disfrutar de este privilegio.
Aunque hay guardias vigilando a las reclusas a todas horas, dar a luz en prisión es una experiencia muy solitaria. Sí, hay guardias y médicos contigo, pero no hay nadie de la familia ni amigos. En muchos casos, las familias solo son informadas del nacimiento del bebé después de que la madre haya regresado del hospital.
Es por eso que un evento tan feliz termina convirtiéndose en uno de los días más tristes para las mamás.
9- Están esposadas durante y después del parto
Dar a luz en la cárcel es una experiencia muy traumática por diversas razones, y esta quizá sea una de las principales. Este ha sido un tema de discusión bastante recurrente entre activistas que defienden que esposar a una mujer durante el parto es una violación de los derechos constitucionales.
Si una madre no es violenta y nunca ha sido violenta, ¿es necesario tenerla encadenada durante el parto?
10- Es más probable que sufra de depresión posparto
La depresión posparto es un trastorno del estado de ánimo que puede afectar a todas las mujeres después de dar a luz. Sin embargo, es una posibilidad mucho más real para las madres que lo hacen tras las rejas.
Para las reclusas que acaban de dar a luz, existe una sensación de aislamiento y separación, que, en combinación con el cuidado físico deficiente durante todo el embarazo, lleva a la mayoría de las madres que se encuentran en esta situación a sufrir posteriormente.
La depresión posparto es algo que debe tratarse a nivel profesional. Dado que hay un tratamiento médico y mental limitado en la cárcel, estas mujeres a menudo sufren durante mucho tiempo.