No existen dos personas iguales en el mundo, ni siquiera los gemelos. Y no solo hablamos de nuestro interior que es único, sino también físicamente; por muchos rasgos que compartamos con otra persona, es prácticamente imposible que toda nuestra anatomía coincida.
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Uno de los rasgos que comparten una mínima parte de la población mundial es un pequeño agujero en las inmediaciones de la oreja llamado seno preauricular. Se trata de una "malformación congénita" que es apenas perceptible; y que aunque no es perjudicial si que pueden dar lugar a quistes benignos o infecciones.
El el caso de que provoquen problemas se suelen prescribir antibióticos para los casos más leves y, cirugía para los casos crónicos. Por lo general no suelen presentar demasiadas complicaciones.
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Un biólogo evolutivo, Neil Shubin, ha estado investigando y ha llegado a la conclusión de que el seno preauricular podría ser un "vestigio de la evolución de las branquias de los peces." Sin embargo, esta teoría no ha sido confirmada científicamente.
En la cultura etíope se creía que nacer con este agujero podía ser un símbolo de riqueza. Pero, por supuesto, esto tampoco está comprobado.
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Estos agujeritos suelen ubicarse en la conexión entre el cartílago de la oreja y el rostro, pero en ocasiones se ubican en la zona interior.
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Según datos de la Biblioteca Nacional de Medicina de EE.UU. el primer caso de este trastorno data de 1864. Son hereditarios y suelen aparecer en las primeras etapas del desarrollo fetal.
No son muchas las personas que presentan un seno preauricular. Se cree que menos del 10% de la población, aunque varía sustancialmente en función del lugar de procedencia. Mientras que en Asia y África lo padecen entre el 4 y el 10% de la población, en Reino Unido sólo lo tiene un 0,9% de las personas y en EE.UU. el 0,1%.
